Un día cualquiera en algún lugar del mundo, te encuentras con historias de vidas importantes a las cuales pasan totalmente desapercibidas de los ojos del mundo.

Medio día, una calor cercana a 42 grados y en medio de la sabana africana, donde parece que no había nada nos encontramos un pequeño colegio, con mas de 250 niños/as esperándonos cantando «bonjour missioner…» increíble experiencia en la cual muchas emociones inundan nuestro sentimientos y emociones. Recibidos como personas importantes, las cuales no queremos serlo, para dar a conocer el trabajo que hacen y como lo desarrollan. Nos enseñan el colegio y el centro de salud, nos regalan en un pequeño comité un pollo y unas papas para cocinar, y muy humildemente nos piden ayudan para construir un muro, poner arboles para dar sombras y unas letrinas para la escuela, debido a que están muy necesitados de esas cosas.

Increíble pero sorprendente, donde quedan allí, lleno de ilusiones y puesto en nuestras manos muchas esperanzas para poder ayudar en lo que se pueda.

 

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